Cuando llegó a su visa, ella no quería dejarlo entrar. Él era una persona sincera, pero ella estaba tan encerrada en su propio mundo de fantasía , que no podía notarlo . Ya había perdido la esperanza en las personas por haber confiado toda su vida en la gente equivocada.
Él, lejos de atosigarla, le demostró día a día y con pequeños hechos, que la vida puede ser una maravilla si se la comparte con las personas indicadas.
Ella aprendió a confiar en Él, y antes de que pudiera dar marcha atrás su vida había cambiado completamente.
Su percepción de la realidad había pasado de una escala de grises a un arco iris con los colores más brillantes que nunca hubiese podido imaginar.
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